14-12-09
El día de hoy comenzó muy tranquilo, los alumnos se preparaban para presentar su programa de radio, algunos discutían sobre quién sería el locutor principal, quién el artista, quien el del clima, etc. Les di quince minutos para que ensayaran y se pusieran de acuerdo, una vez pasado el tiempo les indiqué que acomodaran sus bancas dándole la espalda al pizarrón electrónico y las bancas de los que presentarían, viendo hacia este mismo pizarrón. Algunos niños reclamaron porque querían más tiempo, pero yo les dije que ya les había dado lo suficiente y que cada quien lo aprovechó como quiso.
En lo que acomodaban las bancas noté algo raro, escuchaba risas entre algunos niños, era Bryan, Jhonatan, José María, Geovani y Luís Axel. Para ver lo que hacían continué ayudándoles a acomodar las bancas pero observando a estos cinco niños. Me di cuenta que lanzaban bolitas de papel por el hueco de un lapicero, para hacer las bolitas, las masticaban y luego las colocaban en el tubito.
Antes de comenzar con la presentación de su programa de radio les dije que iba a grabar la voz de los participantes, por lo que necesitaba absoluto silencio, así como respeto, pues todos iban a pasar. Tal vez sonó algo conductista pero les dije algo como los siguiente “y aquellos que sigan lanzando bolitas de papel, no tendrán su puntaje en la presentación del programas de radio”. Eran seis equipos los que pasarían, y durante los primeros cuatro equipos se mantuvieron tranquilos, pero ya en el penúltimo volví a escuchar el sonido de la bolita de papel saliendo del tubo del lapicero, en ese momento no les dije nada y la situación continuó con más frecuencia.
Al terminar de pasar todos los equipos, los alumnos regresaron a su posición en filas viendo hacia el pizarrón electrónico. Fue entonces cuando les dije a los cinco niños que estaban lanzando el papel, que ya les había dicho sobre el respeto de los compañeros que estaban pasando, ellos me dijeron que no habían hecho ruido y yo les respondí que no era por el ruido, sino que continuaban con la misma acción a pesar de que ya les había dicho que no iban a tener su puntaje y por lo tanto no lo tenían. Como estos cinco niños se sientan casi juntos decidí cambiarlos de lugar y los puse a recoger las bolitas que estaban en la pared, sólo así dejaron de lanzar las bolitas de papel.
Después de esta situación Jhonatan y Geovani participaron voluntariamente y mucho, en la resolución de problemas matemáticos en el pizarrón, no se que fue lo que sucedió tal vez el hecho de los senté casi enfrente. Por otro lado Bryan, José María y Luís Axel participaban cuando les decía que lo hicieran.
El día continuó tranquilo, hubo varios momentos en que los niños parecían muy concentrados en su trabajo, sobre todo en los problemas Matemáticos.
En lo que acomodaban las bancas noté algo raro, escuchaba risas entre algunos niños, era Bryan, Jhonatan, José María, Geovani y Luís Axel. Para ver lo que hacían continué ayudándoles a acomodar las bancas pero observando a estos cinco niños. Me di cuenta que lanzaban bolitas de papel por el hueco de un lapicero, para hacer las bolitas, las masticaban y luego las colocaban en el tubito.
Antes de comenzar con la presentación de su programa de radio les dije que iba a grabar la voz de los participantes, por lo que necesitaba absoluto silencio, así como respeto, pues todos iban a pasar. Tal vez sonó algo conductista pero les dije algo como los siguiente “y aquellos que sigan lanzando bolitas de papel, no tendrán su puntaje en la presentación del programas de radio”. Eran seis equipos los que pasarían, y durante los primeros cuatro equipos se mantuvieron tranquilos, pero ya en el penúltimo volví a escuchar el sonido de la bolita de papel saliendo del tubo del lapicero, en ese momento no les dije nada y la situación continuó con más frecuencia.
Al terminar de pasar todos los equipos, los alumnos regresaron a su posición en filas viendo hacia el pizarrón electrónico. Fue entonces cuando les dije a los cinco niños que estaban lanzando el papel, que ya les había dicho sobre el respeto de los compañeros que estaban pasando, ellos me dijeron que no habían hecho ruido y yo les respondí que no era por el ruido, sino que continuaban con la misma acción a pesar de que ya les había dicho que no iban a tener su puntaje y por lo tanto no lo tenían. Como estos cinco niños se sientan casi juntos decidí cambiarlos de lugar y los puse a recoger las bolitas que estaban en la pared, sólo así dejaron de lanzar las bolitas de papel.
Después de esta situación Jhonatan y Geovani participaron voluntariamente y mucho, en la resolución de problemas matemáticos en el pizarrón, no se que fue lo que sucedió tal vez el hecho de los senté casi enfrente. Por otro lado Bryan, José María y Luís Axel participaban cuando les decía que lo hicieran.
El día continuó tranquilo, hubo varios momentos en que los niños parecían muy concentrados en su trabajo, sobre todo en los problemas Matemáticos.
Por: Lucero B. R. R.
Hola Lucero: Cuando asisto a observar tu práctica percibo que los alumnos que estan sentados hasta la parte de atrás del salón les cuesta mucho poner atención. Lo anterior quizá se deba a que no escuchan las instrucciones, se distraen fácilmente suponiendo que la maestra no los alcanza a ver que estan haciendo. Por lo tanto es importante que no los ignores continuamente da las instrucciones desde atrás, centra la atención de todos con algun ejercicio de relajación, psicomotricidad o gimnasia cerebral entre otros.
ResponderEliminarAprovecha al máximo los pocos minutos que ellos prestan atención para explicar, para organizarlos o para que expongan sus producciones, detalla los procesos conjuntamente, para que sea posible construir nuevas relaciones.
Esto lo menciono porque el día de ayer en la clase de matemáticas que pude observar, les pediste a los niños que inventaran un problema similar al que estaban resolviendo del libro (pozole). Solo lo calificaste pero no te cercioraste si lo habían planteado bien y lo habían resuelto adecuadamente, es decir no hubo una puesta en común considerando 2 ó 3 problemas
resueltos en el pizarrón para valorar las habilidades desarrolladas por ellos.
Lo anterior permitirá al alumno darse cuenta de sus deficiencias y sus habilidades y a tí te permitirá efectuar las correcciones necesarias para futuras clases.
Hasta pronto.
PROFRA. ELSA